lunes, 27 de julio de 2009

El Lector, de Bernhard Schlink

 El Lector
Der Vorleser
Autor: Bernhard Schlink
Traductor: Joan Parra Contreras
Editorial Anagrama
203 páginas



Argumento:

Un chico de quince años mantiene una relación con una mujer de 36, que le pide que le lea libros en voz alta. Un día, la mujer desaparece. Años, más tarde, cuando el joven es estudiante de Derecho, asiste a un juicio por crímenes de guerra nazis, y allí está la mujer que conoció en su juventud...


Comentario:

El Lector es una novela escrita en primera persona, y de corte semi-autobiográfico, que narra la historia de Michael y Hannah. No me atrevo a llamara historia de amor, porque el libro va más allá de la pura relación erótica-sentimental entre dos personas.

Se divide en tres partes. En la primera se nos cuenta propiamente dicha la historia de amor entre el chico de quince y la mujer madura, en la que se observa una cierta asimetría. Él está enamorado, mientras que ella parece utilizarle nada más.

En la segunda asistimos al juicio por crímenes de guerra, donde se plantea uno de los dilemas morales de la novela. En la tercera, finalmente, se resuelve la "moraleja", en un desenlace quizás esperado pero muy metafórico, dotado de un tono mucho más emotivo que las otras.

Leí este libro en un día, y la verdad es que me gustó mucho, y además, algo que rara vez me sucede con un libro, logró emocionarme. Es una historia conmovedora, evocadora, que se centra más en los sentimientos y reflexiones sobre cuestiones éticas que en descripciones externas sobre una época, lugar,etc. Habla también de los estragos del tiempo en la pasión, que sucede en un momento y luego se pierde y solo queda en el recuerdo.

Me pareció un relato minimalista, tanto en prosa, que es sencilla, como en descripciones. Cuando lo terminas de leer te das cuenta de que en realidad es como un cuento con moraleja, o una parábola, de ahí lo despojado de "historia externa" y lo cargado de "historia personal" o intrahistoria. No, aquí no hay descripciones puntillosas y detalladas de lugares, costumbres, hechos históricos, fechas, personajes famosos... De hecho, salvo breves indicaciones a veces no se sabe en qué época se situa el relato. Se intuye, por algunas menciones, pero podría ser un relato intemporal. Creo que el autor ha evitado dar fechas y datos precisamente para lograr ese efecto de universalizar los crimenes concretos del nazismo como metáfora de los crímenes de guerra en general. En ese sentido, me recuerda en esencia e intenciones a "El niño con el pijama de rayas". Ambas tratan el nazismo desde un punto de vista diferente, en este caso desde el punto de vista del pueblo alemán.

Está muy bien construido, con esas tres partes, tan diferentes pero a la vez tan relacionadas entre sí, y donde cada detalle tiene relación con lo que va a contar más adelante (la Odisea, la nota que él le deja a Hannah pero esta no lee, la reacción violenta de ella, que llega a pegarle con un cinturón, las lecturas en voz alta del joven a su amante). La evocación del primer amor, y las primeras experiencias sexuales se narran con elegancia, sin grosería ni descripciones explícitas que podrían haber distraído del meollo de la cuestión, y mucho sentimiento, tamizado desde la subjetividad del recuerdo que idealiza al objeto amado.

Me gustó que no es maniqueo, sino que plantea un dilema moral al lector sobre el tema de la obediencia debida, de la pasividad ante el crimen de estado, del silencio y de la diferencia entre la obligación y la moralidad, para que este lo resuelva. También es un canto de amor a la literatura y al poder de la palabra, a los libros y la lectura, y también a la fuerza del conocimiento en la modificación de la vida. En este caso se refiere al conocimiento básico que aporta la educación, el saber leer y escribir, que obra como símbolo del conocimiento en general y de cómo este realiza a las personas.

La protagonista, Hannah, es una heroína romántica, en el sentido de que puede ser fría en el trato con seres humanos, incluso cruel, como demuestran los testimonios de las supervivientes del campo de concentración donde ella era guardiana, pero se conmueve con la literatura. Además, se ve abocada a su final casi de forma casual, digamos por la fuerza del destino, de esa carencia que ella tiene, que es el analfabetismo, y que condiciona su vida de un modo radical. También se muestra incapaz de comprender por qué juzgan su obediencia a las normas (hizo lo que le mandaron, tenía que impedir que las prisioneras escaparan y lo cumplió) Se encara con el juez y le pregunta: "¿qué hubiera hecho en mi lugar?", a lo que este no responde.

Se podria achacar al autor una visión un poco tibia, pero efectiva en su capacidad de hacernos pensar sobre un tema tan trillado como el holocausto judío, sobre el que parece que ya no se puede añadir nada más. En el juicio no se dan datos sobre el episodio por el que juzgan a Hannah y a sus compañeras, salvo los esenciales para la comprensión de la historia. En algunos momentos, parece que se equipara a las víctimas con sus verdugos, en el sentido de que ambos fueron arrastrados por las fuerzas de la Historia.

En este libro se pone de manifiesto el terrible trauma que para las generaciones posteriores a la guerra aún representaba este infame hecho. El niño es la encarnación de esas generaciones "inocentes", pero que cargan con la culpa (pues su experiencia del pasado condiciona su vida entera, su relación las mujeres, etc), y Hannah es el viejo pueblo alemán, cuyo analfabetismo es como un símbolo de esas personas que en su "no saber lo que pasaba", contribuyeron a uno de los episodios más deplorables de la historia reciente de Europa.

¿Qué hubierais hecho en su lugar?


Existe una versión cinematográfica de esta obra, digidida por Stephen Daldry y protagonizada por Kate Winslet


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