viernes, 24 de julio de 2009

El patriota de Dios, de Ian West


El patriota de Dios
Ian West
Editorial Factoría de Ideas
316 pp

Argumento:

Un asesino múltiple que deja un enigmático  mensaje en sus víctimas siembra el terror en el mismísimo Capitolio de los Estados Unidos. La agente Kolbe se encarga de la investigación.


Comentario:

El Patriota de Dios es una novela del género thriller, con algunos toques políticos. Aunque está ambientada en un futuro muy cercano, algunas situaciones y personajes podrían recordar a otros equivalentes den la actualidad. Por ejemplo, un presidente negro que inevitablemente nos trae a la cabeza la imagen de Barack Obama. También se habla de la invasion de Irak y de una hipotética invasión de Irán, todo ello envuelto en intrigas palaciegas y maniobras políticas, que quedan algo esbozadas y en las que apenas se profundiza, en aras de la acción y la intriga.

Así pues, tanto la forma en la que está contada la novela, como su estructura y su prosa están al servicio de la acción pura y dura, sin concesiones al desarrollo de personajes, o al análisis profundo de las situaciones descritas (las políticas o las meramente derivadas de los actos violentos del asesino, etc). Ian West opta por la prosa directa, ágil, rápida, sin adornos, ni florituras, y por ende, demasiado esquemática, con frases más cortantes que cortas. Los capítulos son muy breves, algunos de incluso una página o dos, con el objeto de proporcionar a la novela un aura trepidante. Esto irá en gustos, pero a mí este recurso me resulta en ocasiones algo agobiante. La novela parece como muy entrecortada, como si fueran trozos de guión puestos unos junto a otros. Apenas hay descripciones, así que los lectores que prefieren una prosa más efectiva que poética están de enhorabuena.

La trama se lleva con mucha agilidad; la novela se lee en un suspiro. En la investigación policiaca hay numerosas valoraciones forenses que demuestran una fuerte documentación. Aunque también detecté algún detalle algo chirriante como cuando uno de los personajes dice que el asesino volvió entre las tres y seis horas después de matar para destrozarle la cara al cuerpo, y que lo saben porque el rigor mortis era casi completo, cuando esto suele suceder a las doce horas, según tengo entendido. (El rigor mortis empieza a las cuatro horas más o menos) Las escenas de acción física son muy rápidas y algo confusas.

Sin embargo, la historia en sí me parece un poco inverosímil. En primer lugar, debe de ser muy difícil que un asesino pueda actuar en el Capitolio, teniendo en cuenta que debe de ser uno los lugares más vigilados del mundo (estará lleno de cámaras, por ejemplo). Por otro, parece algo extraño que los investigadores no sospechen de los personajes que a priori parecen más sospechosos (he de confesar que adiviné quién era el asesino bastante antes de la mitad de la novela, porque es obvio). Tampoco queda muy bien metida la subtrama del terrorista islámico, que a mi modo de ver sobra un poco, sobre todo porque el lector conoce la relación que tiene con la trama principal (o la falta de relación). También me ha resultado chocante que las víctimas, que al parecer se conocían, no ataran cabos y se comportaran con toda naturalidad sabiendo quién era el asesino y lo que estaba haciendo.

En todo lo demás, el relato es bastante canónico del género. Tenemos el típico preso que da pistas sobre el asesinato y asesora a los investigadores, una historia sórdida de fondo como justificación a los crímenes del psicópata, etc; y una esbozada relación romántica entre los investigadores.

En resumen, una lectura ligera y una correcta trama de suspense, de estilo anglosajón, que gustará a los fans del género.


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