sábado, 14 de junio de 2014

El asombroso viaje de Pomponio Flato, de Eduardo Mendoza

Editorial: Seix Barrall
190 páginas
7,99 €
Ebook: 6,99 €

Argumento:

Pomponio Flato, de viaje en busca de unas aguas milagrosas que curen su diarrea, llega a Nazaret, donde Jesus, el hijo de un carpintero, José, acusado de asesinato, le contrata para que demuestre la inocencia de su progenitor.

Comentario:

El texto de la contraportada define esta novela como un «Cruce de novela histórica, novela policíaca, hagiografía y parodia de todas ellas...», algo que, junto a la idea de incluir al niño Jesús como ayudante del detective hacen pensar que se tratará de un texto entre irreverente y divertido, pese a que el apellido del protagonista haga temer lo peor en cuanto a una exagerada (y facilona) incidencia en lo escatológico.

Al poco de comenzar la lectura una de las primeras cosas que se percibe es que la división en capítulos y el  continuo cambio de un presente en el que parece estar escribiendo según vive los acontecimientos a un pasado que los hace parecer ya ocurridos, contradice lo que Flato afirma en la primera página («Pero no son mis infortunios los que me propongo relatar en esta carta, sino la curiosa situación en que ahora me hallo y la gente con la que he trabado conocimiento.») y deja cierta impresión de que el texto no está bastante revisado o que el autor no llegó a decidir el tono que deseaba dar a su novela.

Llama la atención la forma de expresarse de los personajes, unas veces como si se pretendiera adaptar a lo que supondría un estilo antiguo y otras utilizando expresiones modernas y vocabulario poco usual, una elección que no parece realizada por algo en particular.

Desde Flato al resto de los personajes todos «hablan» igual, en un tono entre discursivo y ampuloso, produciendo una sensación de artificiosidad que no parece responder a ningún propósito, además de dificultar la identificación entre unos y otros.

La trama policíaca se reduce a unas cuantas conversaciones del protagonista con el resto de personajes (la familia de Jesús, la del difunto...) para, al final, resolver el misterio de forma clásica: con una repentina iluminación de Flato que, con un mínimo detalle deduce todo el resto, reúne a los «sospechosos» y decide lo que ha sucedido.

La inclusión de Jesús, su familia y otros personajes conocidos de la época (Lázaro, etc...), que es la única idea de la novela, queda reducida a unas mínimas apariciones del niño en las que no se aprovecha el conocimiento histórico de quien llegará a ser, excepto porque se apuntan un par de alusiones superficialmente críticas, y se evita sacar partido, por ejemplo, a la forma en que Flato ve y trata a Jesús en contraposición a lo que se sabe que será en el futuro.

Al terminar la novela y releer el  mencionado texto de la contraportada que la define como histórica, policíaca, hagiografía y además parodia de estos géneros hace pensar que el autor del mismo no la ha leído.

Decepcionante.


*** T ***


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