lunes, 16 de enero de 2012

Hojas de Dedalera, de Victoria Álvarez



Hojas de Dedalera
Victoria Álvarez
Editorial Versátil
518 páginas


Argumento

Annabel, una huérfana que vive con sus tíos en el cementerio londinense de Highgate, posee el poder de ver a los muertos y de hablar con ellos. Con los años se convertirá en la médium más famosa de Londres y conocerá el amor de la mano de un hombre algo etéreo...

Comentario

El debut de la joven autora Victoria Álvarez revela un enorme talento y capacidad para la literatura. "Hojas de Dedalera" es una novela excepcionalmente redactada, y con una apabullante documentación sobre la época en que se desarrolla (finales del siglo XIX, inicios del XX), la cual permite la admirable reconstrucción del Londres victoriano. Es decir, los puntos fuertes de la novela, de forma indiscutible, son la ambientación y la buenísima prosa. También destaban las descripciones de casas, ruinas, abadías y cementerios, que le dan el necesario toque gótico a lo que en el fondo es una historia de fantasmas.

La obra está dividida en tres partes. En la primera, localizada en Highgate, se nos cuenta la infancia de Annabel y cómo descubrió su don para ver a los difuntos y hablar con ellos. Aunque para mi gusto se alarga en exceso esta presentación y sobran detalles en algunas escenas (la de la huida de Highgate, por ejemplo), se lee con cierto interés. La segunda parte, sin embargo, se me ha hecho casi eterna, dado que apenas ocurría nada en la historia, exceptuando el romance entre la médium y el fantasma. En la tercera parte, tienen lugar las revelaciones, de un modo demasiado rápido y atropellado.

Es decir, el ritmo de la narración es, en líneas generales, bastante lento e irregular. Hay partes que resultan pesadas, con descripciones de lugares que ocupan varias páginas. La historia flojea y hace agua en cuanto le aplicamos un poco de lógica. La autora, además, concentra en el final los datos y revelaciones, dando la sensación algunas veces de que se saca detalles de la manga para impactar y sorprender (los gemelos, por ejemplo; el anillo con el escudo). Personajes que desaparecen sin explicación o con justificaciones muy traídas por los pelos, una trama poco clara, que primero parece tirar por el misterio (con alusiones a Jack el Destripador, una expectativa de investigación policial que se frustra y que nunca llega a materializarse), luego se va a la novela romántica, y termina en la novela gótica-folletinesca con pirotecnia incluída, como si de una película de Roger Corman se tratara...; hacen que la novela se siga con un interés variable y que cueste llegar al final. Además, la prosa, que es muy buena, no se puede negar, también es prolija y densa, potenciándose más las descripciones que los diálogos.

En cuanto a los personajes, el más destacable es la propia Annabel, prototípica de lo victoriano, o más bien de lo gótico prerrafaelista (hay alusiones al cuadro de Beata Betrix, de Rossetti), con su cabello rojo y sus dotes mediúmnicas, y su carácter enfermizo y doliente. El resto de personajes están menos desarrollados, y exceptuando a Victor, cuya importancia es obvia, parecen estar un poco de adorno. Por lo demás, hay un cierto maniqueismo de buenos muy buenos y malos sin matices. Un ejemplo de personaje totalmente desaprovechado y que prácticamente no tiene rol en la novela, pese a dedicarle la autora un buen espacio, es Nathan, quien, en el fondo, no hace casi nada que afecte a la trama. Su único objetivo es precipitar el final. Lo mismo puede decirse de Abberline, cuya participación e interés nunca quedan demasiado claros. Si estos personajes desaparecieran o vieran mermadas sus apariciones a lo justo, la historia seguiría igual.

En la novela hay cosas algo incongruentes y poco creíbles (y no me refiero a los fantamas solamente). Resulta difícil de creer la abierta actitud de Lady Agatha hacia Annabel, y lo fácilmente que todos creen en los espíritus y en su historia. Es cierto que en aquella época la parapsicología estaba muy de moda, cosa que se refleja muy bien en la novela, pero también habia gente escéptica. Alguna posesión con descargas de energía suena algo peliculera y fantasiosa. Pero lo menos creíble es la parte "real", y la buena acogida que le dan a Annabel en cierta casa aristocrática.

En cuanto a la descripción del mundo del Más Allá está bastante bien construida, quizás con el pero de alguna excusa algo enrevesada para justificar falta de memoria de difuntos o que algunos se mantengan apartados equis años, etc... Sin embargo, me ha parecido que los espíritus, algunos concretamente, tienen actitudes demasiado terrenales, y la comunicación e interacción con ellos resulta demasiado cotidiana para ser creíble. Esto conlleva que pese a ser una historia gótica no produzca la menor inquietud ni desasosiego ni miedo.

Hay alguna incongruencia como el hecho de que unos difuntos por muerte violenta recuerden con pelos y señales cómo ocurrió (Cecil) mientras que otros (en los que conviene que no lo sepan) padecen de una oportuna amnesia... para propiciar el tenue misterio.

La protagonista por otro lado no averigua nada por investigación, todo le viene dado en repentinas iluminaciones o informaciones inesperadas, que dan lugar, por cierto, a conjeturas muy aventuradas. Vamos, que no sabes muy bien por qué llega a ciertas conclusiones repentinas, como por ejemplo la de su paternidad, solo basándose en detalles que no son ni pruebas.

En resumen, una obra muy bien escrita y ambientada, pero a la que le sobran la mitad de las páginas, con un ritmo pausado, romance fantasmal demasiado corpóreo y un misterio muy leve que se resuelve de forma folletinesca y algo efectista, aunque previsible. A los amantes del romance gótico y victoriano puede gustarles.


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