domingo, 9 de diciembre de 2012

Las Eternas, de Victoria Álvarez



 Las Eternas
Victoria Álvarez
Editorial Versátil
348 páginas


Argumento:

Los hermanos jugueteros Corsini han de enfrentarse al rival recién llegado Montalbano, que se instala justo frente a su local. Enseguida este último despierta la fascinación de los niños del lugar gracias a sus impactantes creaciones de juguetes, superiores a las de los Corsini. Pero lo que más atrae a Mario, uno de los hermanos, es Silvana, la bella y misteriosa hija de Montalbano.


Comentario:


Novela de corte gótico, “Las Eternas” es la segunda obra de Victoria Álvarez, tras "Hojas de Dedalera". Comparando con la primera observamos que la autora se ciñe más al argumento, da menos vueltas, hasta olvidarse de los puntos muertos y aburridos que tenía su ópera prima, demasiado extensa para lo que contaba. En esta, el texto está bastante ajustado a la historia. Se nota que la autora ha aprendido a medirse y a utilizar la elipsis, lo cual demuestra que posee talento y que aún puede dar mucho más de sí.

La prosa y la redacción son sencillas, más que en la anterior, que mostraba un cierto barroquismo y preciosismo, pero eso agiliza también la lectura. Eso sí, no falta la ambientación tétrica y gótica, enfocada en la descripción detallada de elementos como cementerios, tumbas, muñecas y autómatas de la juguetería, las calles y canales de la Venecia Belle Époque...

Pese a contar con una leve trama de misterio, la autora, como en la anterior, se centra sobre todo en la historia romántica, muy similar a la de "Hojas de Dedalera" en lo "esencial", es decir, un amor imposible, en el que la muerte cobra una gran importancia. Estas exacerbaciones, propias de lo romántico, tornan poco creíble lo que se nos cuenta, no tanto por su cariz fantástico como por la fácil aceptación de las situaciones que demuestran los personajes.

Volviendo al misterio, este es bastante previsible, dando la autora desde el principio pistas tan claras que sería casi imposible no adivinar todo lo que pasa y casi cómo va a terminar la novela. Para mí, el prólogo es lo peor de la obra, puesto que revela demasiado, y además es innecesario para contar lo que sigue (Silvana lo cuenta a Mario más adelante, así que para informar al lector tampoco es útil, lo único que hace es "descubrir las cartas"). Por otro lado, las citas de Frankenstein son también pistas, ya que se inspira claramente en esta novela. Cualquiera que conozca la historia de Shelley puede adivinar sin esfuerzo alguno de qué va la cosa.

La obra, repito, está bien escrita y estructurada, por encima de lo que se estila, y más en temática juvenil, pero el argumento a mí personalmente me ha resultado muy poco creíble, y no porque entre en el campo de lo fantástico, sino porque la autora se preocupa muy poco de dar justificaciones racionales y lógicas a los hechos que acontecen. Así pues, resulta imposible no preguntarse cómo funcionan los "autómatas" descritos en la historia, cuál es su mecanismo, si tienen cerebro y cómo se alimenta este, además de sus pieles (naturales, no sintéticas), etc. Se habla de un corazón mecánico, pero ¿qué pasa con los fluidos que llevan nutrientes al cerebro y otros órganos y tejidos vivos? Las explicaciones son demasiado fantásticas, o mejor dicho demasiado escasas, para que nos lo creamos. Si hubiera echado mano de la magia casi me lo hubiera creído más, ya que al menos eso sí justifica algo, pero si hablas de extrañas sustancias químicas que preservan cuerpos durante años sin que se corrompan ni se dañen los tejidos, pues...

 Tampoco resulta creíble el comportamiento de Mario, que continúa su pasión amorosa, sabiendo lo que sabe, y nunca sospecha de cosas obvias, como lo raro que es que mueran tantas niñas a tu alrededor coincidiendo con la llegada de ciertos personajes a la ciudad. El final me ha dejado un poco desconcertada (Más tras el spoiler)

En resumen, la novela está bien escrita y ambientada, es fácil de leer, ligera sin ser facilona y destaca en la creación de atmósfera góticas y macabras, pero el argumento a mí no me ha convencido y me ha parecido todo un poco previsible en su desarrollo y desenlace. Aunque se trata de una buena lectura juvenil, por encima de otras actuales, y además demuestra que la autora ha mejorado mucho.

Spoiler (seleccionar con el cursor para leer)

Volviendo al final, si la historia es una historia de amor no tiene mucho sentido. En primer lugar porque como se dice en la propia novela, Silvana ya no es ella misma, no tiene sus experiencias, solo es la carcasa física, y no conoce a Mario de nada cuando “resucita”. En cuanto a Mario, con este final, se nos presenta como un personaje totalmente egoísta incluso peor que Montalbano. Ambos se identifican ya que toman a una chica como un objeto para su propia satisfacción narcisista, sin importarles para nada sus sentimientos. En el caso de Montalbano podríamos justificarlo diciendo que está afectado por el dolor de la pérdida de su familia, pero ¿qué justificación tiene Mario que sabe que esa “no” es Silvana, pues se le ha borrado la memoria y todas sus experiencias con él? Me ha parecido un personaje sumamente siniestro y egoísta. Sabe que ella es un cadáver viviente, un robot, y para colmo, tras su muerte final, pierde la mente y la memoria, su identidad, quedándose solo con lo “de fuera”. Cada cual que saque sus conclusiones...



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