viernes, 3 de mayo de 2013

La verdad de la señorita Harriet, de Jane Harris



La verdad de la señorita Harriet, de Jane Harris
Título original: Gillespie and I (2011)
Editorial: Lumen (2013)
Traducción: Aurora Ecehevarría
ISBN: 978-84-264-2134-0
624 páginas
24,90 €
EPUB 16,99 €

Argumento:

La señorita Harriet Baxter comienza a escribir en 1933 sus memorias centradas en algo ocurrido entre los años 1888 y 1890 en Glasgow.

Comentario:

Ambigüedad. Quizá esta sea la palabra que mejor define una novela relatada en una imprescindible primera persona utilizada para dejar claro que se está leyendo desde el punto de vista de Harriet, lo que ella quiere contar y cómo quiere hacerlo.

Para conseguir el efecto que pretende, la autora alterna con destreza largos capítulos situados entre 1888 y 1890 con otros, menos, que ocurren en 1933, en los que muestra distintas facetas y formas de comportarse de la señorita Baxter, manejando con destreza esa mencionada ambigüedad que parece indicar la intención de hacer el retrato de un personaje complejo basándose tanto en lo que dice como en lo que calla o sugiere.

En La verdad de la señorita Harriet hay mucho subtexto, y está ahí, de manera al principio sutil y después más obvia (quizá deliberada para mostrarla evolución de la protagonista), para conseguir que durante la lectura se cuestione todo, desde lo que va a suceder, a quién, por qué, etc…, en un crescendo por momentos angustioso que impulsa a continuar la lectura para comprobar qué sospechas son o no acertadas.

La creación de personajes se centra en Harriet Baxter, ya que a los demás sólo se les muestra bajo su punto de vista, que puede no ser acertado, e incluso ella puede no ser como se muestra, lo que es uno de los principales atractivos de la novela. Aun así, destaca la creación de Sibyl Gillespie, por encima del resto de la familia (Ned, Annie, Elspeth, Kenneth, Mabel y Rosie) cuyas vidas cambian tras entrar en contacto con la protagonista, quizá porque, como en su caso, es difícil saber qué hechos o comportamientos son reales y cuáles están «manipulados» (por el relato de Harriet) para conseguir crear ese ambiente oscuro y siniestro, de duda y manipulación fruto de una estructura cuidadosamente planeada para conseguir tal efecto (una revisión de los primeros capítulos tras acabar la lectura muestra hasta qué punto está trabajada, mostrando desde el principio pequeños detalles que más adelante se revelarán importantes).

El tono y la ambientación están cuidados para dar la impresión de que Harriet conoció de verdad la época que describe, incluyendo el comportamiento de las personas y los hechos reales como la primera Exposición Universal de Glasgow o las alusiones a crímenes reales (Jack el Destripador), lo que contribuye a dar verosimilitud a la obra y la sensación de estar paseando por las calles de Glasgow con la señorita Baxter y el resto de los personajes.

En resumen, se diría que la intención principal de la autora es crear durante la lectura una duda entre lo que es o no «real» en la historia que relata la señorita Baxter, hasta llegar a un final casi enfermizo, y de nuevo ambiguo (ese «bulto») que parece confirmar ciertas sospechas, algo que hace con destreza, si bien en algunos pasajes (la búsqueda por la ciudad, el juicio) puede dar la impresión de que se recrea demasiado en las escenas, en ocasiones para retrasar la revelación de datos, dentro del deliberadamente pausado y denso ritmo que se imprime a la narración.

Todo esto funcionará mejor para quién no haya leído el texto de la contraportada, donde no sólo se avanzan hechos que no suceden hasta la mitad de su novela, sino que «incita» a sospechar cosas que quizá no se hubieran cuestionado tan pronto.


***T***

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